En tiempos antiguos, la antigua ruta de caravanas de la calle Moshikou cobraba vida con los sonidos de camellos y campanas tintineantes, mientras los comerciantes recorrían este camino. Al anochecer, los claros tañidos de las campanas de los camellos resonaban a través de la tranquila noche, evocando historias de épocas pasadas. Lao She, en su clásico ‘El camello Xiangzi’, narra cómo Xiangzi condujo tres camellos de regreso a Beiping a través de Moshikou. Hoy, mientras las festividades del Año Nuevo se extienden hasta el Festival de los Faroles, coloridas linternas adornan las ramas de la antigua calle. Entre el suave resplandor, la gente recorre la histórica vía, desde las primeras luces del atardecer hasta el profundo silencio de la noche, soñando con los pasillos del tiempo.